Círculos, gira y gira la vida...

Como siguiendo aquella huella del camino
me fui internando en el desierto.
Yo no tenía rumbo fijo
y sin embargo sabía donde quería llegar.
La huella estaba allí,
como si alguien la hubiera dejado,
tratándome de indicar algo.
Yo no quería seguirla.
Buscaba iniciar mi porpio camino
pero sin embargo, fuere donde fuere,
la encontraba
hasta pensaba que ella era quien me seguía.
Fue entre tanta arena
y bajo un sol que desintegraba
todo lo que existía a su alcance
que comencé a ver espejismos,
a todo mi alrededor se veían huellas
que me buscaban para que yo las siga.
Yo solo quería aquella
que me había llevado hasta allí
para poder salir.
Tomando una y otra perdí consciencia
del lugar a donde me dirigía,
y luego de una gran tormenta de arena
amanecí en un oasis
en el cual vivo desde entonces
esperando recuperarme
para volver a ver la verdadera huella
y continuar el camino.